Con todo, existe el hecho de que la divisiòn denominacional entre comunidades eclesiales fieles que coinciden en lo fundamental, presenta caracteres de anomalìa antibiblica , asì como de notorio contratestimonio frente al mundo que sòlo ve el aspecto exterior de una divisiòn desconcertante. No es, pues, extraño que, ante una renovada toma de conciencia de la realidad eclesial , en su doble aspecto de misterio ( un Cuerpo ) y una misiòn ( una tarea comùn en el mundo ), todo creyente que estè de veras alerta a la voz del Espìritu, sienta en su corazòn la urgencia de una tarea ecumènica que favorezca la manifestaciòn visible de la unidad de la Iglesia. Pero siempre que se habla de " ecumenismo " nos exponemos a tergiversar las nociones. Como dice G. Millon," jamàs se ha hablado tanto de unidad como hoy, pero jamàs ha sido tan ilusoria, por no decir mentirosa, la bùsqueda de la unidad". Podemos decir que hay tres clases de " ecumenismo ": A) El de la Igles
Sana Doctrina y Fundamento de la Fe Bíblica,desea formar parte del mensaje de salvación, por afectar en su cercanía más próxima a la experiencia personal de cada uno de nosotros.No tratamos aquí de penetrar en el conocimiento de Dios trascendente,que puede parecer lejano a nuestros quehaceres y problemas de cada día.Si tratamos el diálogo de salvación que Dios, libremente y por pura gracia, ha comenzado con nosotros, a través de su Hijo Jesucristo.