Antes de dar una respuesta conforme con los datos que la Palabra de Dios nos suministra, no estará de más resumir lo que los escritores antiguos de la Iglesia pensaron acerca de esto. No hubo problemas en los dos primeros siglos. A principios del siglo III, Tertuliano se pronunciaba todavía en contra del bautismo de los niños, a pesar de que, para él, el bautismo de agua, por una equivocada interpretación de Juan 3:5, era absolutamente necesario para la salvación por nuevo nacimiento. No cabe duda de que un concepto demasiado físico del pecado original, maniqueo, influyó en la desviación, iniciada en el siglo IV, de que los niño debían ser bautizados, para que, en frase de Agustín, se les" limpiase por la regeneración ( bautismal ) lo que contrajeron por la generación".
Nuestra opinión ( que es la de la inmensa mayoría de los evangélicos), bien fundada en la Palabra de Dios, es que los niños que mueren antes de alcanzar el uso normal de su razón, se salvan; A) ni por su condición natural; B) ni por el bautismo de agua que no habría de conferirles la regeneración espiritual; C) ni por un acto personal, ya que, por carecer del necesario discernimiento moral, son incapaces de convicción de pecado, de un acto de fe que salva, de arrepentimiento y de conducta posterior responsable, todo lo cual se exige a los adultos ( Mateo 25: 45-46; 28:19-20; Marcos 16:15-16; Lucas 24:47; Juan 3:15-21; 8:24; 20:31; Hechos 2:38; 16:31; Roamanos 2: 5-6; etc.,); D) sino porque las Sagradas Escrituras presentan la provisión del remedio que Dios ofrece para el pecado como coextensiva con la ruina ocasionada por la caída. Es decir , la supuesta universalidad de la voluntad de Dios en cuanto a la oferta de los medios de salvación ( Juan 1:9; 3:14-16; 1 Timoteo 2:4-5; 2 Pedro 3:9; Ap., 22:17) " y que cuando abundó el pecado, sobreabundó la gracia " ( Romanos 5:20), los niños, que sin culpa personal quedaron perdidos en el Primer Adán, han de salvarse también, sin conversión personal en el Postrer Adán ( 1 CORINTIOS 15: 22,49), mediante la aplicación inconsciente de la redención obtenida en el Calvario( 2 Corintios 5:14,19); mientras que los adultos que se han apartado de Dios mediante actos conscientes personales, han de de ser salvos mediante un acto personal de fe ( Juan 3:17-18; Efesios 2:8, así como los caps., 3 y 4 de Romanos y el 3 de Gálatas, etc.), que toma su vitalidad del amor ( Gálatas 5:6; Stg., 2:14,17,26). Sólo un adulto es capaz de responder al llamado general de arrepentirse ( Hechos 17:30) y reconciliarse con Dios ( 2 Corintios 5:20).
Nuestra opinión ( que es la de la inmensa mayoría de los evangélicos), bien fundada en la Palabra de Dios, es que los niños que mueren antes de alcanzar el uso normal de su razón, se salvan; A) ni por su condición natural; B) ni por el bautismo de agua que no habría de conferirles la regeneración espiritual; C) ni por un acto personal, ya que, por carecer del necesario discernimiento moral, son incapaces de convicción de pecado, de un acto de fe que salva, de arrepentimiento y de conducta posterior responsable, todo lo cual se exige a los adultos ( Mateo 25: 45-46; 28:19-20; Marcos 16:15-16; Lucas 24:47; Juan 3:15-21; 8:24; 20:31; Hechos 2:38; 16:31; Roamanos 2: 5-6; etc.,); D) sino porque las Sagradas Escrituras presentan la provisión del remedio que Dios ofrece para el pecado como coextensiva con la ruina ocasionada por la caída. Es decir , la supuesta universalidad de la voluntad de Dios en cuanto a la oferta de los medios de salvación ( Juan 1:9; 3:14-16; 1 Timoteo 2:4-5; 2 Pedro 3:9; Ap., 22:17) " y que cuando abundó el pecado, sobreabundó la gracia " ( Romanos 5:20), los niños, que sin culpa personal quedaron perdidos en el Primer Adán, han de salvarse también, sin conversión personal en el Postrer Adán ( 1 CORINTIOS 15: 22,49), mediante la aplicación inconsciente de la redención obtenida en el Calvario( 2 Corintios 5:14,19); mientras que los adultos que se han apartado de Dios mediante actos conscientes personales, han de de ser salvos mediante un acto personal de fe ( Juan 3:17-18; Efesios 2:8, así como los caps., 3 y 4 de Romanos y el 3 de Gálatas, etc.), que toma su vitalidad del amor ( Gálatas 5:6; Stg., 2:14,17,26). Sólo un adulto es capaz de responder al llamado general de arrepentirse ( Hechos 17:30) y reconciliarse con Dios ( 2 Corintios 5:20).
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