Hebreos 9:27 nos dice breve-mente ( aunque allí lo ofrece únicamente como una comparación) que " está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio ". La muerte marca así la linea divisoria, irreversible, para el individuo humano.
En efecto, la muerte es la moderada de sentido completamente igualitaria y sin contemplaciones, sin acepción de personas, que sin pedir permiso, llega lo mismo al gobernante que al gobernado, al rey que al esclavo, al rico lo mismo que al pobre.
¡ Si ! La vida pasa rápidamente; la muerte se acerca veloz. Y lo que debería de inquietar a todo el que no esté en buenas relaciones con el Juez de vivos y muertos es que el tren de la vida, en que todos estamos viajando, no se para en ninguna estación; nadie se puede bajar impunemente hasta que que se llega a la estación de término. Y cuando del otro lado de la tumba, volvemos la mirada a esta vida que pasó, es seguro que nos parecerá como un punto casi imperceptible entre dos espacios infinitos: la eternidad que nos precedió, y la eternidad que seguirá por siempre jamás... Bien dice el " Predicador ": Mejor es ir a la casa del luto que a la casa del banquete; porque aquello es el fin de todos los hombres, y el que vive lo pondrá en su corazón- le hará reflexionar ( Eclesiastés 7:2).
En efecto, la muerte es la moderada de sentido completamente igualitaria y sin contemplaciones, sin acepción de personas, que sin pedir permiso, llega lo mismo al gobernante que al gobernado, al rey que al esclavo, al rico lo mismo que al pobre.
¡ Si ! La vida pasa rápidamente; la muerte se acerca veloz. Y lo que debería de inquietar a todo el que no esté en buenas relaciones con el Juez de vivos y muertos es que el tren de la vida, en que todos estamos viajando, no se para en ninguna estación; nadie se puede bajar impunemente hasta que que se llega a la estación de término. Y cuando del otro lado de la tumba, volvemos la mirada a esta vida que pasó, es seguro que nos parecerá como un punto casi imperceptible entre dos espacios infinitos: la eternidad que nos precedió, y la eternidad que seguirá por siempre jamás... Bien dice el " Predicador ": Mejor es ir a la casa del luto que a la casa del banquete; porque aquello es el fin de todos los hombres, y el que vive lo pondrá en su corazón- le hará reflexionar ( Eclesiastés 7:2).
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