Independiente de su creencia, una cosa es cierta: Jesuscristo regresará para consumar la salvación de los Suyos y juzgar con juicio de condenación a los impíos. Para convencernos de esto basta con leer Mateo 24:30-31; 25:31-46. Eso es suficiente para que los que aman Su Venida ( 2 Timoteo 4:8) se purifiquen en esta gloriosa esperanza ( 1 Juan 3:3), y los que persisten en su incredulidad, aprendan cuán horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo ( Hebreos 10:31). Por ello, queremos agregar a esto una palabra de exhortación: el hecho de que el estudio de la profecía sea díficil y laboriosa no debe de eximirnos de esta gloriosa tarea. Son muchos los creyentes ( y los ministros del Señor ) que, por ejemplo, se desatienden del estudio del libro del Apocalipsis, con el pretexto de que es un libro díficil y sumamente misterioso. Pero ¿ no nos dice nada el hecho de que con él se cierra la revelación especial de Dios, así como el que sea el único libro de la Biblia en cuyo comienzo se
Sana Doctrina y Fundamento de la Fe Bíblica,desea formar parte del mensaje de salvación, por afectar en su cercanía más próxima a la experiencia personal de cada uno de nosotros.No tratamos aquí de penetrar en el conocimiento de Dios trascendente,que puede parecer lejano a nuestros quehaceres y problemas de cada día.Si tratamos el diálogo de salvación que Dios, libremente y por pura gracia, ha comenzado con nosotros, a través de su Hijo Jesucristo.