Si se analiza profundamente el fenómeno del ateísmo, se encuentra fácilmente en sus causas un fondo de rebeldía contra Alguien que pretende subyugarnos, exigiéndonos una determinada cosmovisión que exige fe, y unas normas éticas que nos imponen una determinada conducta, restringiendo nuestra libertad. El instinto de afirmación autónoma del propio " Yo " reacciona entonces violentamente contra tal imagen, intentando sacudirse un yugo que se le antoja molesto.
Por tanto, no puede hablarse de ateísmo como de una reacción espontánea de la mente humana cultivada, como una idea " químicamente pura " científicamente producida, sino que se trata de un fenómeno reactivo ( contra algo que no se quiere o que molesta ). Por eso, más que " a-teísmo ", habríamos de hablar de " anti-teísmo", o sea , de una reacción contra Dios; aunque esta reacción sea, en muchos casos, inconsciente.
En sus efectos, si no se tiene una imagen adecuada, bíblica, del Dios verdadero, de Sus Atributos, de Su Palabra y de Sus Planes de salvación, la reacción contra Dios es explicable. Si la fe es presentada como contraria a la Ciencia, al Bienestar Social, y se concibe a Dios como un " aguafiestas ", un superpolicía " o un " tirano " que, como Saturno, " devora a sus hijos ", no es extraño que el pueblo se rebele contra todo eso. Si a ello se suma una falsa " Defensa de la Fe" barata que ha pretendido demostrar con evidencia la hipótesis de Dios como explicativa de todos los fenómenos del mundo y de la vida, el resultado no puede ser más funesto.
Comentarios
Publicar un comentario