La afirmación que acabamos de fijar en el encabezado de este punto, guarda relación directa con el OFRECIMIENTO DE GRACIA PARA SALVACIÓN UNIVERSAL, HECHA POR DIOS, MEDIANTE LA FE, a todo ser humano ( Efesios 2.8). Así, hemos de enfatizar que la obra de redención estaba destinada a salvar a la humanidad caída, haciendo reversible toda la obra de la perdición del hombre por el pecado; es decir, Jesús vino a destruir la obra del pecado en todas sus lamentables consecuencias y manifestaciones. Recordemos, que la Palabra de Dios nunca pone la causa de condenación en la de excluir a alguien de la salvación, sino sólo a la resistencia voluntaria del hombre a la voluntad de Dios y a la verdad del Evangelio ( ver por favor, Is., 5:5; 55:6-7; 59:1-2; Ez., 18:23,31; 33:11; Mat., 23:37; Jn., 3:19-21; 8:24;; Hech., 13:46; Rom. 1:18; 2:4,5; texto clave). Dentro de esta argumentación de resistencia voluntaria, como disposición permanente, pueden entenderse los textos en que el endurecimiento